Cuphead es el cuento de su personaje caricaturesco y Mugman,
que habiendo apostado y perdido sus almas en el casino del diablo, emprenden la
búsqueda y captura de otros malditos con el fin de saldar su deuda. En su difícil
misión, estos noños taza se enfrentarán a personajes diabólicos, surrealistas y
esquizoides, característicos de los años 30. En especial, aquella de Silly
Symphonies.
El aparato sonoro merece una mención especial. Los personajes
parecen bailar al ritmo de la banda, no solo atmosférica, sino que contribuye a
la perfección con las desquiciadas situaciones de este mundo singular. Esas melodías,
que permanecerán con nosotros al terminar la partida, marcan la jugabilidad con
brillantez.
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